8 consejos para controlar las compras impulsivas

¡Ah, las compras impulsivas! Fuente de satisfacción instantánea y a la vez causa de miles de discusiones en casa.

No importa lo cuidadoso que seas con tu dinero, muchas veces es imposible resistirse a una compra impulsiva. Sin embargo, la gran mayoría de veces que caemos en la tentación no se trata de las súper-gangas-increíbles o productos-indispensables-que-necesito-ya-mismo que creemos que son. A continuación te ofrecemos los mejores consejos para evitar compras innecesarias.

 

1. Ignora el descuento de la etiqueta. Piensa en el precio real.

No dejes que las rebajas y descuentos nublen tu vista. Recuerda, una ganga sólo es una ganga si te hace falta. Trata de pensar en términos prácticos en el precio real de las cosas antes de comprarlas. ¿Cuánto tendría que trabajar para pagar lo que cuesta esa tele nueva? ¿Podría gastarme ese dinero en algo más importante?

Si hablamos de ropa, zapatillas o accesorios, otra manera de ver la situación es tratar de pensar de antemano cuántas veces crees que usarás la prenda y cuánto te costaría ese tiempo. Desde luego, esas gafas de sol de diseñador de 250€ van a hacer que seas el más cool del barrio. Pero echa cuentas, ¿cuánto dura el verano y a cuánto te saldría cada vez que las uses?

 

2. Consúltalo con la almohada. Y luego consúltalo con la almohada otra vez.

Cuando veas algo que necesitas, date un tiempo para pensártelo. Deja pasar una semana (o incluso más) antes de tomar una decisión. Si después de un mes sigues queriéndolo con locura, entonces la compra tiene sentido. Pero muchas veces te ocurrirá que si dejas pasar un tiempo, quizá la oferta no te parezca tan buena y acabes descartando la idea.

 

3. No vayas de compras cuando estés triste.

Un clásico: es fácil darte un capricho para mejorar tu estado ánimo. Pero haznos caso, no te vas a sentir mejor y muchas veces es el inicio de una espiral descendente. Cuando gastas dinero para combatir el estrés, lo que en realidad estás haciendo es añadir más estrés cuando seas consciente del gasto extra que has tenido.

No puedes atacar los sentimientos negativos con acciones negativas. En lugar de eso, trata de hacer alguna actividad positiva y constructiva. Sal a dar un paseo, haz deporte o queda con tus amigos. ¡O al menos date un capricho más barato!

 

4. Compra online. Sí, de verdad.

Es cierto, suena poco intuitivo para evitar compras impulsivas, pero comprar online te puede ayudar a gastar menos. Como aprovechas que ya estás conectado (¿hoy en día quién no está SIEMPRE conectado?), puedes investigar y documentarte sobre el objeto en cuestión más a fondo. ¿Cuántas veces las opiniones de Amazon han hecho que cambiaras de idea en el último momento? En las tiendas físicas, sin embargo, no hay nadie que te diga a mitad de proceso si lo que vas a comprar merece la pena o no.

Y hay otro aspecto positivo de la compra online: la cantidad final que vas a gastarte está ahí, en tu cesta de la compra, bien a la vista. Es decir, no te vas a encontrar ninguna sorpresa al pasar por caja.

 

5. Ve de compras con la compañía adecuada.

Si tus amigos son tus amigos es porque tenéis muchas cosas en común. Si una de esas cosas es comprar cosas que ninguno os podéis permitir, simplemente no vayáis juntos de compras. Ya, sabemos que suena a consejo de padres preocupados por tus malas compañías, pero cuando estás valorando comprar esas zapatillas tan caras, necesitas a un amigo que diga NO, no a uno que ya esté buscando el mismo modelo en su talla. Alguien tiene que poner una nota de cordura.

 

6. Usa más dinero en metálico.

“¿Metálico? ¿En plena era digital y cashless? Por favor, ya está otra vez esta gente dándome consejos del siglo pasado”. Puede que pienses eso, pero tiene su razón de ser. Cuando ves que tu dinero desaparece de verdad, es más difícil justificar comprar innecesarias. Tener que pagar en metálico puede hacer que te lo pienses dos veces.

 

7. Ten un presupuesto aparte para tus caprichos

Tratar de tener bajo control tu economía personal no es tan divertido si no te permites un capricho de vez en cuando. Calcula cuánto puedes dedicar al mes a esos pequeños regalos a ti mismo y apártalo en un presupuesto secundario.

Por ejemplo, aparta algo de dinero para pedir comida a domicilio una vez a la semana o una cena en un buen restaurante a final de mes. Puedes regalarte ropa para un nuevo look el día que cobres.

 

8. Ahorra todo ese dinero… ¡para demostrarte que puedes y darte ejemplo a ti mismo!

Por si no te había quedado claro, es muy buena idea ir apartando el dinero que te habrías gastado en compras impulsivas y caprichos. No lo toques, deja que descanse en alguna cuenta bancaria. Después de, digamos, dos o tres meses, echa un vistazo a lo que llevas ahorrado… ¡y deja volar tu imaginación!

¿Cuánto tendrías después de un año? ¿Te llegaría para unas buenas vacaciones? ¿Comprar un coche nuevo? ¿Si hubieras empezado mucho antes, podrías llegar a tener la entrada de una casa?

Ahora coge ese dinero y dale un uso. Gástalo en algo positivo que mejore tu día a día. Añádelo a tus ahorros y pasa página. O dedica sólo una parte en algo tonto, ¡como un último flirteo con tu antiguo yo irresponsable!

Si pones en práctica estos consejos, estarás en el buen camino de los que utilizan el sentido común con las finanzas personales. Haz que corra la voz, tus amigos quizá también necesiten alguna ayudita ;)

--

¿Te ha resultado útil el post? Pues compártelo. En nuestro blog solemos publicar historias interesantes y buenos consejos, así que ¡estate atento!

¿Quieres saber otras formas de hacerte la vida más fácil? Pues pásate por Ferratum.